En la última etapa de mi formación como Psicóloga estoy participando en un proyecto pionero en la atención al dolor crónico desde los factores psicológicos como moduladores de la experiencia del dolor. Se trata de un proyecto piloto promovido por el departamento de Personalidad y Evaluación Psicológica de la Facultad de Psicología de la Universidad de Sevilla y el Servicio Andaluz de Salud (SAS). Sin duda esto representa una gran oportunidad para mí, al poder poner en práctica lo aprendido en los años de facultad integrando, al mismo tiempo, mi experiencia profesional y personal.
Desde la perspectiva de la terapia cognitivo-conductual el objetivo es abordar el tratamiento del dolor crónico desde diferentes ángulos, teniendo en cuenta una serie de elementos implicados en el mismo:
1. Factores físicos: muscular, tensión crónica y el uso de técnicas para abordar la intensidad del dolor asociado al estrés.
2. Emociones: analizar cómo se gestionan y ofrecer herramientas para un autocontrol.
3. Cogniciones: nuestra actividad mental puede afectar directamente nuestro estado anímico provocando reacciones negativas, por lo que hay que analizar estos factores y cambiar estos hábitos.
4. Relaciones sociales: trabajaremos en mejorar situaciones difíciles aumentando las interacciones personales, optimizando la comunicación emocional a través de las respuestas asertivas.
Los pacientes tratados a través de este programa se caracterizan por haber pasado por diferentes técnicas médicas sin que hayan experimentado una importante mejoría en su vida diaria. El proyecto incluye una serie de propuestas muy novedosas a la hora de abordar el dolor crónico a través de herramientas como la relajación, el control de la respiración, la atención plena, la comunicación, las habilidades sociales y el manejo de la asertividad.
El mundo está cambiando con rapidez y necesitamos instrumentos que nos ayuden a adaptarnos, a hacernos más flexibles y a darnos la posibilidad de entender lo que nos rodea y a nosotros mismos. De ahí que la puesta en marcha de esta experiencia piloto sea un punto de partida muy importante en la mejora del dolor crónico, al integrar tanto técnicas denominadas alternativas (por desconocidas) y las académicas.
_27/05/2014 Gumersinda Naranjo