Casos prácticos

El tratamiento de la escoliosis (II)

Llegando a la séptima sesión del caso práctico de escoliosis, podemos apreciar una evolución importante en su estructura física y en la forma de vivenciar su cuerpo. En las siguientes imágenes se pueden apreciar estos cambios, tanto en posición frontal como de espalda.

Comparativa frontal de las sesiones 1 (izquierda) y 7 (derecha)

Comparativa frontal de las sesiones 1 (izquierda) y 7 (derecha)

 

 

En la séptima sesión se aprecia cómo se apoya en ambas piernas, generando una mayor estabilidad en la columna y un enraizamiento que da soporte al hombro derecho. A partir de ahora se podrá continuar trabajando con el fin de reforzar la musculatura superior y fijar una estructura equilibrada que aporte armonía al cuerpo. El cuerpo necesita tiempo para integrar estos cambios.

Comparativa de espalda de las sesiones 1 (izquierda) y 7 (derecha)

Comparativa de espalda de las sesiones 1 (izquierda) y 7 (derecha)

En estas fotos es interesante observar la posición del abdomen: cómo vuelve a su sitio fruto de la recolocación de la espalda.

 

Comparativa lateral

Comparativa lateral

 

Para concluir este artículo dejaremos el testimonio de la paciente en el que nos relata sus sensaciones y vivencias en este proceso:

Me doy cuenta que tengo una tendencia a encoger los hombros los cuales tambien están algo ladeados, al igual que las caderas, debido a la escoliosis. Me resultó especialmente chocante observar el contraste entre cómo me sentia yo cuando adoptaba una postura (hombros y espalda erguidos) y cuando lo hacía mi rolfer imitándome: yo sentía que andaba como si fuera una ‘chula’, con aires de superioridad y un poco creida; cuando mi rolfer me imitaba yo la veía segura y tranquila. Esto hizo darme cuenta de lo erróneo de nuestra vision de nosotros mismos.
Estoy contenta porque veo que poco a poco voy adoptando una postura de los hombros más correcta, están bastante más rectos y también algo menos ladeados. Voy corrigiendo más aspectos al andar y ganando en seguridad, aunque en determinados momentos y con determinadas personas todavia me cueste.

Ver El tratamiento de la escoliosis (I)

El tratamiento de la escoliosis (I)

A través del caso práctico que nos ocupa iremos viendo los cambios que se producen en la paciente durante las sesiones de trabajo con el Método Rolfing, también llamado Integración Estructural. Sin duda, sin la estrecha colaboración cliente-terapeuta esto no sería posible.

Vamos a empezar por la foto realizada antes de comenzar las sesiones e iré mostrando los cambios que se van produciendo, traduciendo cómo esto se vivencia a muchos niveles, no solo físicos, sino en otros aspectos de la persona como la postura más relajada, mayor confianza en si misma, mejor capacidad de expresión, comunicación y de percibir en el cuerpo las sensaciones y emociones.

Se trata de una chica joven, estudiante universitaria y muy brillante en todos los aspectos. El motivo principal que trajo a esta joven de 18 años a Rolfing era la escoliosis que parecía presentar y las frecuentes tensiones en el cuello. Groso modo es verdad que se puede observar una curvatura en C (como se aprecia en la foto primera) y esto puede ser causa de molestias. Es interesante también en este caso en concreto de la relación que existe entre la organización de la espalda y la pierna derecha, que no se apoya en el suelo como lo hacer la izquierda.

Caso práctico: escoliosis

Caso práctico: escoliosis (foto 1)

Caso práctico: escoliosis (foto 2)

Caso práctico: escoliosis (foto 2)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cómo andamos y cómo respiramos puede definir el modo en el que vamos por la vida, podría ser un resumen de cada uno de nosotros; así, el caminar va a determinar la configuración de mi espalda; respirar es otro elemento fundamental en la estructura anatómica de nuestro cuerpo. Desde este perfil (foto 2) se puede apreciar que el diafragma (principal músculo respiratorio) tiene poco espacio, está como comprimido dentro de las costillas, por usar una expresión coloquial. Es un claro ejemplo de como un patrón respiratorio puede diseñar una estructura.

Para la osteopatía uno de sus principios fundamentales es que la estructura determina la función. Desde el Rolfing también se dice que la función determina la estructura y acciones tan repetitivas como caminar o respirar van a determinar el aspecto físico de nuestro cuerpo, su estructura.

En nuestro caso práctico apreciamos que la colocación del diafragma y el patrón respiratorio ejerce una presión sobre el abdomen que se podría decir comprime las vísceras y hace que el abdomen sea más prominente, a la vez que requiere un mayor esfuerzo en su respiración. En casos similares pero de gente con más edad esto se traduce en quejas sobre cansancio crónico. Esto se debe a que el simple hecho de respirar ya supone un esfuerzo.

En la foto no podemos apreciarlo, obviamente, pero la forma de caminar también está cambiando progresivamente al tener mucho mejor apoyo sobre sus pies. La colocación de las rodillas nos va a llevar más tiempo. Actualmente existe un alto porcentaje de personas que padecen de artrosis de rodilla debido a una incorrecta colocación, lo que lleva a una deformación de las estructuras internas que afectan a ligamentos o meniscos.

Después de cinco sesiones

 

Foto de perfil tras cinco sesiones de trabajo.

Foto de perfil tras cinco sesiones de trabajo.

Aquí podemos ver ,después de cinco sesiones de trabajo, la pelvis y el tronco presentan una mejor alineación lo cual permite una distribución del abdomen mucho más armoniosa. Asimismo también hay cambios en la colocación de la pierna derecha y en las costillas novena y décima donde está insertado el diafragma anterior.

Al mismo tiempo el tronco visiblemente mejor colocado de forma natural y sin esfuerzo le permite sostener la columna cervical con mucha más comodidad . Esto va a repercutir favorablemente en la reducción de sus contracturas cervicales crónicas, frecuentes tortícolis, tal vez producidas por la posición adelantada de la cabeza que intenta compensar la situación del tronco. Esta situación produce una tensión crónica en la zona dorsal que no es una lesión en si misma sino una compensación de la postura, aunque probablemente terminará siendo una lesión si no se corrige. De ahí que el Rolfing sea considerado un método preventivo de futuras lesiones.

Curvatura lumbar tras cinco sesiones.

Curvatura lumbar tras cinco sesiones.

También podemos ver como su curva lumbar ha aumentado y es de suma importancia ya que ahora cada vértebra lumbar lleva menos peso, lo que evita que se produzcan lesiones por compresión de los discos intervertebrales. La curva dorsal es ahora más corta y, como consecuencia de ello, va a mejorar su patrón respiratorio además de repercutir en aspectos estéticos. Ahora respirar le es más fácil y su cuello estará menos sometido a tensiones desde los músculos respiratorios que se anclan en las vértebras cervicales.

Los apoyos sobre los pies empiezan a ser más iguales por lo que la columna se puede colocar más en el centro, alineando su eje corporal con la gravedad de la Tierra. La musculatura poco a poco se irá igualando también pero hay que esperar que este mejor apoyo se haga un hábito postural y sabemos que los hábitos no son tan fáciles de cambiar como a veces nos gustaría. Los hombros también se aprecian más relajados, lo que va a repercutir en la mejora de la tensión cervical.

La mejor colocación del tronco ejerce un efecto que me gustaría señalar y es la mayor capacidad de expresión emocional cuando nuestro tronco está más libre para moverse. Este hecho es bastante más evidente cuando, por ejemplo, el paciente sufre una depresión algo que podemos ver reflejado en el cuerpo; así trabajar cambiando la colocación del cuerpo puede ejercer una influencia positiva en el estado de ánimo y la expresión de las emociones. El cuerpo es una fuente inagotable de información, aunque a veces no somos conscientes de ello.

Vista de frente tras cinco sesiones.

Vista de frente tras cinco sesiones.

Aún tenemos mucho que hacer en las cinco sesiones que nos quedan pero no dejo de mirar con satisfacción como ha mejorado su postura, como se mueve con más comodidad y soltura, percibe mucho mejor su aspecto y valora los cambios no solo físicos sino también en la conciencia de si misma, una postura más relajada.

Aún tenemos que resolver muchos interrogantes como por ejemplo la asimetría de sus piernas. ¿Es realmente la pierna derecha más corta que la izquierda como así aparece a simple vista?

Ver El tratamiento de la escoliosis (II)